viernes, 5 de febrero de 2010
Las semillan crecen.
Como sabéis he retomado "Weeds" en su cuarta temporada y está resultando extraña, y aún más, no del todo agradable. Ya en su tercera temporada la serie había cambiado, pero aún conservaba ese toque de humor negro que siempre ha estado ahí. El problema es que ese humor está empezando a pasar de negro y comienza a tomar tintes casi macabros, que al ser la protagonista una madre de dos chicos (y aunque Silas tenga ya pelos en la barba, también está Shane) hay cosas que me parecen un poco excesivas. Me refiero a la trama de Bubbie y también a la parte de la trama en la que la vecina Celia Hodes va a la cárcel y se convierte en el "juguete" de su compañera de celda. Si no sabéis de qué estoy hablando veros la serie y sacad vuestras propias conclusiones. El resto de las tramas (desde el asunto de la señora Botwin con Guillermo, hasta los problemas del ex-concejal Doug Wilson) van en su línea, siempre bordeando esa frontera moral (que no legal, aunque van de la mano) pero en zig-zag, que resulta graciosa por un lado y patética por otro. Al fin y al cabo la protagonista entró en el negocio por necesidad, pero la droga te consume (aunque tu no la consumas), arrastró a sus hijos a ella, sin quererlo y ahora ha subido un nivel y aunque quisiera dejarlo, no puede, porqué ha vencido obstáculos pero va a seguir habiendo más. En definitiva, veremos hacia dónde apunta esta temporada, y a ver qué pasa.
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