viernes, 20 de agosto de 2010

Los Tudor


Rara vez sucede que me enganche a alguna serie que emitan por la televisión. Ya he hablado muchas veces de la decadencia de la televisión actual y del maltrato, en concreto, que sufren las series a manos de las telvisiones españolas. Por eso, lo sucedido con Los Tudor es tan especial, aunque, lo cierto es que el nuevo formato de TVE sin intermedios publicitarios ayuda mucho. La precedía su fama de serie a lo BBC pero en coproducción con los yankis, lo cual puede ser una gran fórmula, como me parece este caso, o un gran desastre.

Se trata de una serie coral, con muchos personajes, entre los que destacan el propio rey Enrique VIII (muy alejado de la imagen que posee en el famoso cuadro que está en mente de todos cuando pensamos en él), Maria Bolena, la reina Catalina y el cardenal Wosley, personaje enigmático y taimado a la vez, muy bien encarnado por el magnífico Sam Neill. Después de haber devorado la primera temporada con mucha avidez a pesar de su alejada visión realista, se trata de una serie firme, con una serie de intenciones claras desde el principio que no intenta jugar con los espectadores, nada más que a contar la historia a su manera. La trama de la primera temporada está centrada en la historia del rey y Ana Bolena y cómo se plantan las semillas que crecerán en el árbol del cisma anglicano, pero ni tan rápido ni tan bien como nos podríamos imaginar. En eso se resume la serie, pero no penseís que es poco. Muchas otras lo intentan y rara vez lo consiguen. Merece al pena echarle un vistazo.

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